Reflexiones sobre seguros médicos y sanidad privada

Hace tiempo me comentaba un amigo una práctica muy curiosa que llevaban a cabo los propietarios de fincas con caminos rurales. Debido al derecho de servidumbre estaban obligados a dejar acceso libre a toda persona que quisiera atravesar la finca usando el camino. En vez de cerrar el camino hacían otro mejor con un trazado distinto. Los usuarios acababan usando la nueva senda ya que esta estaba en mejores condiciones. Con el paso del tiempo el antiguo camino acababa en desuso y se perdía. Cuando ya todo el mundo usaba la nueva alternativa y vanagloriaba las bondades de esta, el propietario del terreno procedía a cerrarlo. En este caso ya no había una servidumbre de paso, por lo que los usuarios no podían protestar porque alguien hubiera cerrado un acceso a una finca privada.

Hoy en día nos bombardean con anuncios de seguros de vida. En algunos se publicitan como alternativa a las esperas de la seguridad social. Para una persona joven seguramente el presupuesto no será excesivo y la sensación de seguridad le hará pensar que es buena alternativa a la sanidad pública. El problema vendrá cuando vaya siendo mayor y los costes sean mayores o cuando se de cuenta de que la póliza contratada no cubre tratamientos o enfermedades caras.

Hay bastante similitudes con el caso del camino. Van a conseguir que nos acostumbremos a pagar por la sanidad y acabemos descuidando la sanidad pública. Poco a poco irá disminuyendo el presupuesto un gran parte de la población no percibirá la perdida al sentirse protegido por su seguro privado. Habrá incluso liberales que se alegrarán de esta reducción.

El problema es que la sanidad no puede ser un negocio. Acabaremos pagando cuotas muy altas cuando seamos mayores y tendremos enfermedades que no están cubiertas o tratamientos que superan las pólizas contratadas.

Vivimos en un país donde durante años hemos disfrutado de una sanidad excepcional. Con la excusa de la optimización promovida por el pensamiento liberal la estamos descapitalizando, fomentando a su vez la contratación de seguros privados. Cuando seamos conscientes de lo que hemos perdido ya no habrá vuelta atrás.

Mi querido Amazon

Fue ya hace unos años, concretamente en las navidades del 2011, cuando empecé mi relación con Amazon España. Anteriormente ya había coqueteado con Amazon.com comprando libros técnicos de informática.

Se puede decir que la relación ha ido mejorando sin signo alguno de disentimiento. Casi desde el principio me hice Amazon premium, por lo que además realizar pedidos personales me acabé convirtiendo en una especie de hub para amigos y allegados.

Si tuviera que describir mi experiencia como cliente de Amazon, sólo podría alabar su profesionalidad, tanto en la preparación de los envíos, el tiempo de entrega, así como en la forma en que han resuelto las incidencias.

Pero sí todo son halagos que hago escribiendo esta entrada, ¿no? Bien, vamos a remover conciencias y así os hago participes de mi sentimiento de culpa. Ya hace bastante tiempo que al dar al botón ‘Tramitar pedido’ un malestar me invade. El motivo de fondo es el modelo de sociedad que estamos creando. Al comprar en empresas como Amazon acabamos enriqueciendo a una multinacional, no exenta de mérito, todo lo contrario. El problema es lo que se queda aquí en España. No voy a negar que alrededor de amazon hay negocio local. Seguramente empresas de transporte, incluyendo Correos, han mejorado su cuenta de resultados. No son menos importante los puestos de trabajo que habrá creado amazon en España. No tengo datos sobre la cantidad, pero me puedo imaginar la calidad. Seguramente la mayoría de ellos acaben haciendo las veces de almacenistas o algún que otro manager de bultos… mileuristas en su mayoría, si es que llegan. En resumen, trabajo precario.

Creo que en la sociedad globalizada de hoy en día deberíamos potenciar los negocios locales porque sino acabaremos siendo peones de la multinacional americana o china de turno en un futuro no muy lejano.

El segundo motivo que me hace cuestionarme el hecho de comprar en Amazon es el tratamiento fiscal que hacemos a estas multinacionales. ¿Como podemos permitir que Amazon y bastantes mas empresas (Google, Apple, etc) no declaren prácticamente beneficios en España y acaben tributando en Luxemburgo?

La Directiva 2008/8/CE da un paso acertado en cuanto al tratamiento del IVA para las compras online. Es cierto que los consumidores nos veremos perjudicados porque acabaremos pagando mas por productos que nos vendían empresas con domicilio fiscal en países como Luxemburgo, pero creo que es el camino para los impuestos se acaben pagando en el país donde una empresa genera el negocio.

No sé si dejaré de comprar en Amazon, seguramente me será difícil pero no dejaré de tratar de concienciar a compañeros y amigos cada vez que el logotipo de Amazon aparezca en un paquete que llega a la oficina 🙂

Facebook y whatsapp

Tengo evidencias de que facebook está cruzando los datos de whatsapp… últimamente me sugiere contactos que tengo en la agenda del movil, pero no tengo ningún tipo de contacto a través de amistades.

Así que esto que decían no lo han cumplido:

http://blogs.elpais.com/antiguru/2014/02/-zuckerberg-prohibido-cruzar-los-datos-de-facebook-y-de-whatsapp-.html

Donde dije digo digo Diego… 🙂

Hasta los groupones

Hace tiempo que me suscribí a groupon y mi afición a este portal de ofertas ha ido decreciendo con el tiempo. Estaba un día cenando en el desaparecido restaurante Kanpai, el cual frecuentaba con asiduidad, cuando me fijé que en otra mesa tenían un descuento del 20% en la carta. No tarde mucho en indagardóndee habían conseguido ese descuento y descubrí Groupon.

Desde entonces habré comprado unos diez cupones. Mi grado de satisfacción nunca ha sido muy alto. Mi primer cupón fue una auténtica decepción. Vi una oferta en un restaurante de cocina creativa llamado ‘El Druida’. Por el nombre pensé que era un pequeño restaurante al que había ido un par de ocasiones llamado Druida. Sin embargo el cupón era para la cervecería el druida. Tal como se anunciaba el cupón, por la descripción de los platos, el nombre, la tipografía elegida, te hacía pensar que el cupón era para el restaurante Druida. Pagabas 45€ por un cupón cuyo valor real era de 98€. Este precio tiene sentido en restaurante Druida, pero nunca en una cervecería con menú del día.

Después de mucho pelear con Groupon conseguí que me devolvieran el dinero en forma de crédito en mi cuenta de groupon. En ese momento debería haberme olvidado de está web de ofertas, pero como buen español me seguí dejando llevar por los ‘duros a cuatro pesetas’.

Cuando reservas con un cupón sueles tener dos problemas típicos. El primero es que el cupo de reservas para cupones está limitado y acabas teniendo que reservar con una semana de antelación, incluso cuando el restaurante en cuestión no está completo. La segunda es el trato que recibes. Parece que los clientes que venimos de groupon son clientes de segunda. No entiendo muy bien esta actitud pues yo esperaría que usaran groupon como un reclamo. Si consiguen que el cliente tenga una buena experiencia seguramente repetirá en un futuro.

En fin, todavía no he borrado mi cuenta en groupon, pero lo primero que hago cada mañana es borrar todos los mensajes de este portal sin mirar su contenido…

Sobre Apple

La verdad es que llevo tiempo queriendo empezar a escribir, sin embargo nunca encuentro el tiempo ni los argumentos suficientes. Es como si mi umbral fuera demasiado alto para escribir cualquier idea en el blog. En fin, soy consciente que no llegaré al nivel que me gustaría ni aportaré todos los datos necesarios. Esto va a quedar como las charlas del café de las mañanas.

Al grano. Estamos en la época de los iPhone, iPad, iPod, Macbook… todo lo que tenga una ‘i’ delante es ‘cool’. Hasta yo he caído en esta moda y he elegido el nick ‘ipaquito’ para algunos foros. Es cierto que Apple ha conseguido llegar a nivel de calidad y acabado en sus productos que está bastante por encima de sus competidores. Como poseedor de un iPhone, un iPad y un Macbook, reconozco haberme dejado llevar por el encanto de sus productos.

Hasta aquí todo bien, pero no soporto que Apple venda en España 17,747 millones de euros y acabe pagando sólo 2,5 millones. Supongo que poco se puede hacer y todos seguiremos como borregos adorando los productos de la manzana, mientras que seguimos con un déficit tremendo en el país en el que vivimos.

Hipocresia sobre los articulos chinos

De vez en cuando tengo la oportunidad de leer en algún blog comentarios sobre trabajadores chinos que trabajan catorce horas diarias. Con estos comentarios se intenta echar por tierra a empresas multinacionales.

Desde luego que no estoy de acuerdo con las condiciones laborales de esta gente, todo lo contrario. Lo que veo es mucha hipocresía. Hoy en día un tanto por ciento muy alto de los productos que consumimos vienen de China o de la India. La fábrica del mundo ya no está en occidente. El problema es que esto es una tendencia. Todas las empresas mueven, en la medida de sus posibilidades, su producción a china. Fijaté bien y te darás cuenta de que muchos de los objetos que usas habitualmente están fabricados en China o en la India, no sólo los juguetes que regala McDonald’s.