Reflexiones sobre seguros médicos y sanidad privada

Hace tiempo me comentaba un amigo una práctica muy curiosa que llevaban a cabo los propietarios de fincas con caminos rurales. Debido al derecho de servidumbre estaban obligados a dejar acceso libre a toda persona que quisiera atravesar la finca usando el camino. En vez de cerrar el camino hacían otro mejor con un trazado distinto. Los usuarios acababan usando la nueva senda ya que esta estaba en mejores condiciones. Con el paso del tiempo el antiguo camino acababa en desuso y se perdía. Cuando ya todo el mundo usaba la nueva alternativa y vanagloriaba las bondades de esta, el propietario del terreno procedía a cerrarlo. En este caso ya no había una servidumbre de paso, por lo que los usuarios no podían protestar porque alguien hubiera cerrado un acceso a una finca privada.

Hoy en día nos bombardean con anuncios de seguros de vida. En algunos se publicitan como alternativa a las esperas de la seguridad social. Para una persona joven seguramente el presupuesto no será excesivo y la sensación de seguridad le hará pensar que es buena alternativa a la sanidad pública. El problema vendrá cuando vaya siendo mayor y los costes sean mayores o cuando se de cuenta de que la póliza contratada no cubre tratamientos o enfermedades caras.

Hay bastante similitudes con el caso del camino. Van a conseguir que nos acostumbremos a pagar por la sanidad y acabemos descuidando la sanidad pública. Poco a poco irá disminuyendo el presupuesto un gran parte de la población no percibirá la perdida al sentirse protegido por su seguro privado. Habrá incluso liberales que se alegrarán de esta reducción.

El problema es que la sanidad no puede ser un negocio. Acabaremos pagando cuotas muy altas cuando seamos mayores y tendremos enfermedades que no están cubiertas o tratamientos que superan las pólizas contratadas.

Vivimos en un país donde durante años hemos disfrutado de una sanidad excepcional. Con la excusa de la optimización promovida por el pensamiento liberal la estamos descapitalizando, fomentando a su vez la contratación de seguros privados. Cuando seamos conscientes de lo que hemos perdido ya no habrá vuelta atrás.