Nuevas normas de circulación

Hubo una clase de la autoescuela que me perdí. Fue la clase en la que explicaron que esas rayitas discontinuas pintadas en la calzada cumplen dos funciones: separar los carriles y ejercer de carril para que circulen vehículos de dos ruedas. No olvidaré el día que medio adormilada acudía a la universidad rodeada por la alegre marea de autos que cada mañana decidían acompañarme convirtiendo mi aburrido trayecto de veinte minutos en una agradable comparsa de más de una hora. Me hallaba sumida en mis pensamientos mientras realizaba el monótono embrague-primera-freno en mi querida Ronda de Dalt cuando un enfadado motorista me echó la bronca, gesticulando enérgicamente, indicándome que me apartase ya que mi coche le molestaba para pasar. No daba crédito, ni lo doy ahora que se han puesto esas “zonas” delante de los semáforos para que las motos pasen primero, ya que de alguna forma les “autorizan” a circular entre los coches.

Desde luego no es de mi incumbencia si alguien quiere arriesgar su vida circulando entre los coches para llegar antes al trabajo y exponiendo su cuerpo que es la carrocería de su vehículo, y si tiene hueco y quiere pasar… Pero de ahí a que me exijan que deje una zona de paso si de forma circunstancial me he quedado dentro de mi carril, no tan centrada cómo esta práctica sugiere…

No creo que esta forma de circular venga reflejada en el código de circulación. Desde mi humilde opinión, creo que las motos no están autorizadas a saltarse las normas. Puedo entender que en esas desesperantes caravanas en hora punta las ágiles motos con cuidado se cuelen entre los coches, pero que por costumbre conduzcan zigzagueando, haya tráfico o no y exijan que les des paso, te den un golpe en el coche cuando estás parado o te fastidien el retrovisor… y lo fácil que resulta que al cambiar de carril no veas a esa moto… Si pensáramos las cosas dos veces…

No es mi intención meter a todo el mundo en el mismo saco pero es una actitud generalizada.

 

Dedicado a mi hermana, la motera, que cada día se adentra en la selva del tráfico con su fina y suave piel cómo escudo, ¡no hago carrera de ti!

 

Con el cine hemos topado

Ir al cine, pagar 9,50 € por la entrada (cifra que ya me parece excesiva) y tener que tragarte anuncios… ¡No tiene precio! No doy crédito porque no son ni uno, ni dos… y no son trailers de películas. Y lo mejor: que encima esté sucio, porque estamos de acuerdo que somos un poco incívicos, por no nombrar a un animal que tampoco tiene culpa, pero vamos digo yo que estas pagando por el uso de un servicio y una sala en condiciones. Es cómo si fuéramos a un restaurante y no te limpiasen la mesa para ti y tuvieras que comer encima de las migas de otro… Ir por ahí pisando palomitas… Digo yo que entre pase y pase adecentar las salas…

Farolas, ¿para qué os quiero?

Dirección Gral. de Tráfico no podéis conducir por mi pero podríais encender las luces de la M40 y otras tantas carreteras más que habéis decidido apagar. Quizás es un poco más útil que pueda ver bien la calzada que ver los anuncios de la tele…ya que está hecha la instalación de la luz y están las farolas ahí… por amortizarlas más que nada… Desde mi humilde opinión, en otras cosas menos útiles se despilfarra dinero.